Reflexiones, sobre la IA
¿La IA nos polariza?
En mi opinión, a día de hoy, hay, sin duda, una polaridad mental, en el mundo digital. Existen dos perfiles de personas, las que usan y consumen, de forma habitual, recursos basados en la tecnología de la IA, para crear sus contenidos, y las que los usan ocasionalmente, quizás, movidos solo por la curiosidad. Bueno, reconozco que, en la vida, no todo son blancos
y negros, existe, como en todo, una amplia gama de grises, y sin duda aquí también.
Es posible, que tú te incluyas en ese grupo de grises, en cuanto a uso de recursos basados en la IA. O es posible también, que estés situado en el extremo de esa polaridad y seas un negro o un blanco, absoluto.
Ahora responde, mentalmente, a algo, ¿dónde te ubicas tú, eres un gris clarito? ¿Un gris oscuro? O más bien, ¿un blanco o un negro? ¿O lo que es lo mismo, eres o no usuario y consumidor de recursos IA? ¿Mucho o poco?
¿Qué futuro nos depara la IA?
Cabe destacar que, aquellos que usan habitualmente IA, para su marca personal o emprendimiento, o en su día a día, son acérrimos defensores del método, y su expresión y cara de sorpresa, ante una negativa al uso de la IA, por parte de alguien, es colosal.
No voy a entrar en el debate tan tópico, de si la IA, va a acabar o no, con el trabajo de determinados sectores, o profesiones. Porque creo que no solo es bastante lógica la respuesta, sino que es ya, a día de hoy, más que evidente.
Me gustaría más bien, y es la pretensión de estas líneas, que despertemos, nos cuestionemos y reflexionemos sobre el modus operandi de esta tecnología. No solo por la forma en que obtiene recursos, sino también por el grado de “evangelización” que nos impone.
¿Cuál es la fuente de la IA?
Hace unas semanas, me llamó mucho la atención, por ejemplo algo curioso, cuando saltó la alarma en algunos medios de difusión, donde advertían y aconsejaban, tomar acción, en cuanto a conceder o no, permiso para que nuestros contenidos publicados en el macro grupo que incluye las dos mayores redes sociales, fuesen usados por la IA, para “aprender”. Lo curioso es que debíamos negarnos implícitamente, porque de no hacerlo, estábamos ya concediendo, por defecto, autorización para su uso.
Dicho coloso de las redes sociales arroja cifras que marean. Más del 77% de los usuarios de Internet, unos 3.590 millones de personas, están activos en al menos una plataforma de Meta. ¿Imagináis cuánto contenido, de todo tipo, significa eso, del que pueden hacer uso ya implícitamente, de forma gratuita, con la excusa de que la IA, “aprenda”?
Y aquí llegamos al quid de la cuestión. Ninguna empresa invierte recursos tecnológicos y humanos, para, simplemente, hacernos la vida más fácil, y menos para regalar nada.
Un hecho evidente, es que lo primero que debemos hacer para usar cualquier aplicación gratuita, basada en la IA, es registrarnos. Ese es el peaje para “disfrutar” de esa tecnología, usando sus prestaciones, eso sí, con un límite de resultados.
Todas las plataformas y aplicaciones existentes a día de hoy, disponen dos versiones: la versión gratuita y la de pago.
Las versiones gratuitas nos ofrecen una serie de recursos limitados, suficientes al principio, pero que probablemente con el tiempo, nos lleven a escalar, y a acabar pagando por más prestaciones y recursos más elaborados. Incluso en algunos casos esas mismas plataformas o aplicaciones, conceden durante un periodo de tiempo unas amplias prestaciones, sobre todo en sus inicios, o en su lanzamiento, para después convertir esas usabilidades, que tanto servicio nos hacen, y a las que nos hemos acostumbrado, en una opción de pago, por la que accedemos, debido a la dependencia que ya tenemos, a esas alturas, de ellas. OpenAI publicó que cien millones de personas utilizan ChatGPT semanalmente.
¿Qué tipo de persona es la IA?
En la vida, sea en la época de estudiantes, o ya más tarde en el entorno laboral, hay dos tipos de personas. En el académico, por ejemplo, aquellos que preparan las asignaturas, asistiendo y prestando atención en clase, invirtiendo tiempo en recopilar información en bibliotecas u otros medios, para pasar a limpio, y elaborando unos buenos apuntes, que van a permitirles prepararse bien, para los exámenes. Y luego están los que no van a clase y simplemente te piden que les pasen los apuntes. Algo muy parecido hemos vivido todas, también, en el ambiente laboral. Creo poder identificar, en qué grupo están, las empresas que ofrecen servicios IA… ¿Y tú?
¿La IA "aprende" o copia?
Me gustaría que reflexionemos (ahora es cuando, los más acérrimos defensores del uso de esta tecnología me tachan de anti evolucionista) y nos cuestionemos sobre algunos aspectos:
¿Dónde está realmente la diferencia entre “aprender” y “copiar”? Imaginemos tener acceso gratuito a muchísima información y contenidos, para hacer uso de ellos libremente y de forma gratuita, y luego venderlo. Y además no lo etiquetamos como plagio, sino como creatividad artificial.
El acceso al servicio está limitado en países como China, Rusia, Irán y partes de África. El acceso a ChatGPT fue bloqueado, temporalmente, en Italia por las autoridades al entender que hubo una violación de datos y la base jurídica para utilizar datos personales.
¿Qué pasa con nuestra privacidad y la IA?
De todos es sabido, que nuestra privacidad está, absolutamente, en entredicho, especialmente de todo el contenido personal y privado de que disponen, no solo dispositivos electrónicos, sino también aplicaciones o sitios web, a los que accedemos a depositar nuestros datos personales, laborales, y hasta bancarios.
Dispositivos como iPhone, por ejemplo, en su sistema operativo IOS, llevan activado, de serie, un apartado llamado: "Lugares importantes", que no solo registra y almacena, el lugar en que nos encontramos, también el tiempo que permanecemos en ellos. Dicha opción debe ser desactivada implícitamente, si no queremos acceder a ese rastreo.
Apple reconoció hace unos meses, y dijo haber solucionado un problema “accidental”, donde su aplicación Siri, escuchaba y grababa, todas las conversaciones del usuario, aunque no tuviese activa esa prestación. A día de hoy, las últimas versiones del sistema operativo IOS, ya integran ChatGPT, gratis.
Todos nosotros, tenemos muchísima información personal, de costumbres, hábitos, gustos y afinidades en redes sociales, como Instagram, TikTok, YouTube o Facebook. No solo por aquello que nosotros compartimos, también por comentarios y likes que aplicamos en contenidos de terceros. La IA de Instagram, hace uso de toda la información que plasmamos, los más de 1600 millones de usuarios, con nuestras búsquedas, intereses, likes, comentarios y publicaciones propias, como forma de flagrante de intromisión a nuestra privacidad.
Cuando desde nuestro smartphone, realizamos un pago de un artículo, en un comercio, o una compra online, o simplemente lo usamos para validar un viaje en un transporte público. Quedan registrados.
Hay un aspecto más sobre el cual creo, deberíamos tomar, realmente, conciencia. Tan recelosos que somos en esos aspectos de nuestra privacidad, al usar una aplicación como ChatGPT, para que redacte un buen currículum, o los contenidos de una página web personal, ¿somos realmente sabedores, de que estamos introduciendo toda esa información personal en una aplicación? Aquí ya no se trata de si la IA, está “aprendiendo” o “copiando”, se trata de que volcamos con toda tranquilidad, cantidad de datos, susceptibles a un uso, del que no conocemos, ni sus límites, ni con qué finalidad pueden acabar siendo usados. Observar esta publicación de Instagram de Pablo Álvarez Azcúnaga | Maxmaxdata, SL, donde nos demuestra, con un experimento, el uso que hace de nuestra información la IA, y como la información compartida, queda registrada, sean o no, datos sensibles.
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¿Nos estamos dejando llevar por la IA?
¿Conocéis la fábula de Olivier Clerc, de la rana hervida? Trata de que si alguien arroja a una rana en agua hirviendo, esta va a querer escapar inmediatamente, saltando para no morir allí. No obstante, si se mete en agua a temperatura normal, pero se va calentando el agua, gradualmente la rana se quedará tranquila y moriría sin darse cuenta. Pienso que nos están hirviendo a todos, lentamente.
¿Merece la pena vivir una vida donde nos lo den todo hecho? ¿No será que… la pretensión qué, cada vez pensemos menos, en cómo se hacen determinadas cosas y no dediquemos tiempo a aprender a hacer algo, con sus dificultades y sus satisfacciones, nos vuelve no solo más dependientes, sino más ignorantes? ¿No será que…? ¿Eso conviene a algunos para que seamos más maleables y ofrezcamos menos resistencia a los cambios?
¿Debemos cuestionarnos el uso de la IA?
¿Por qué en algunos casos somos tan pro libertades, o friendly's a determinadas cosas, y no vemos qué hay detrás de otras, y permitimos y entramos en el juego y las maquinaciones de grandes empresas?
Resulta irónico que pensemos que la IA es nuestra “esclava” y hace las cosas rápidamente y bien por nosotros y nos permite, así, vivir mejor. Cuando en realidad somos la rana en el agua calentándose, y los esclavos de ella y de las grandes corporaciones que hay detrás. Y cada vez somos más ignorantes y permisivos.
Supongo que, algún antepasado mío, pensó, de igual manera, con la revolución industrial, o la aparición de otros avances tecnológicos. Y a día de hoy, no concebimos una sociedad sin ellos. Está claro que la evolución trae consigo mejoras, por supuesto, pero también contiene una cierta involución.
Quizás sea por mi profesión (que peligra), O por qué estos últimos años me han enseñado a cuestionarme, esas mentalidades tan uniformes y corporativistas, (podéis tildarme de conspiracionista, también) creando por ejemplo, “plandemias” exageradas, de algo que no era tan catastrófico, y que además ha acabado por salir a la luz, que no eran más que sobre todo, tapaderas para negocios ingentes, de las macro farmacéuticas o la clase política. Incluso además, a día de hoy siguen también evangelizando sobre tratamientos preventivos, y ofrecen nula atención a sus efectos secundarios. O tal vez sea, por mi curiosidad innata y ganas de aprender más, cada día.
No sé cuál es exactamente el motivo, pero la IA, no me gusta. Veo en ella, algo que va más allá de lo que nos muestra en su superficie. Percibo cierto tufo. Nos acomoda, resta creatividad, nos sustrae iniciativa e interés por aprender.
¿Vosotros, no lo veis?
Lo sé, vamos a ello irremisiblemente, y sin posibilidad de escape y habrá que adaptarse. Pero al menos, yo no se lo voy a servir en bandeja. Me flipa la inteligencia NATURAL.
Ojalá este artículo te haya permitido recapacitar, y te haya hecho cuestionar algunas cosas.
Me encantaría saber tu opinión al respecto.
Xavi Moya© Todos los derechos reservados. 2009 /
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